BIOFILIA: TRAIGAMOS LA NATURALEZA A NUESTROS ESPACIOS

La Biofilia es la vuelta, aun estando en la ciudad, a esos patios que refrescaban con agua nuestras abuelas.

Por Cristina Martínez (agente inmobiliario) en colaboración con Enrique Tallés
(arquitecto)


En algún momento, a partir de la Revolución Industrial, siglo XIX, con el abandono
del campo y el aumento de población de las ciudades, el ser humano se empezó a
olvidar de la Naturaleza: había que “hacer sitio” a los autos. Los árboles, las
plantas, los animales, la tierra … empezaron a ser relegados a favor del asfalto, el
hormigón, el empedrado, las calles grises. Hay un movimiento cultural y
arquitectónico que trata de recuperar esa pérdida: hablamos de la Biofilia, el amor
a la vida (bio=vida, filia=amor).
Conviene que dotemos a los espacios que habitamos de vegetación, por varias
razones. La primera, porque contribuye a regular la temperatura y la humedad. Los
árboles nos proveen de espacios sombreados y frescos a partir del efecto
evaporativo, que alivian los veranos calurosos en nuestras ciudades. Éstas se han
convertido en enormes suelos radiantes, con diferencias de más de 8 ºC respecto
a una zona sombreada en un parque. En la parte privada, en nuestras casas,
colocando las plantas adecuadas en los lugares óptimos también estaremos
contribuyendo a la mejora del ambiente. Y si vivimos en comunidad, tengamos en
cuenta las zonas comunes.
La segunda, porque la vegetación nos reconcilia con nuestro pasado biológico,
con esa sensación de bienestar que nos produce ir al campo. Influye por tanto,
muy positivamente en nuestra salud mental.
La tercera, porque cuando estamos en espacios artificiales nos cargamos
eléctricamente con iones positivos, y necesitamos equilibrar esa carga eléctrica
con iones negativos y ésos nos los aporta la vegetación.
Este concepto de Biofilia se puede abordar urbanísticamente con la plantación de
jardines y árboles en el mayor número de espacios públicos posibles, y obligando
la incorporación de los mismos en las nuevas construcciones de vivienda. La
ciudad fue cediendo zonas para que los vehículos estacionasen y ahora es el
momento de recuperar esos espacios públicos de todos. Aquí hay que señalar que
no solamente se trata de poner arbustos, flores, etc… que una vez “gastados” se
sustituyen, hay que estudiar bien el suelo y la zona para poder colocar plantas que
generen nuevas, que continúe el ciclo de reproducción, que se genere vida. De
esta manera se repone la cadena trófica, y por lo tanto, la biodiversidad.
Desde el punto de vista arquitectónico, tenemos el diseño biofílico, que consiste
en que las viviendas, locales, etc ya estén pensados para que la vegetación se
pueda incorporar con más facilidad. Además se trata de utilizar materiales más
naturales en la construcción y por lo tanto con procesos menos contaminantes,
siendo la madera el más importante. La madera no es emisor de CO2 como el
resto, sino acumulador de CO2.
La Biofilia es la vuelta, aun estando en la ciudad, a esos patios que refrescaban
con agua nuestras abuelas, a ese rumor de las fuentes y al olor a tierra mojada
(petricor). Nos devuelve buenas sensaciones y una vida más sana y alineada con
nuestra condición de seres humanos.

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