ENTREVISTA CON LA PINTORA CRISTINA COELHO
Fernando Riaza. Redacción Don Chicote
DON CHICOTE: Primero que todo, felicidades por tu primera exposición. ¿Cómo te sientes al ver tu trabajo expuesto al público por primera vez?
CRISTINA COELHO: ‘Muchas gracias! me siento satisfecha y agradecida. Esta exposición fue un paso en mi camino artístico y una manera de compartir una parte de mí. Ver cómo las personas se conectaron con mis obras fue muy emocionante’’.
DC: Cuéntanos un poco sobre tu historia con la pintura. ¿Cuándo descubriste tu talento y qué te motivó a seguir este camino?
CC: ‘Pues empezó casi como por instinto. Desde pequeña me atrae todo lo que implica creatividad o expresión visual. Uno de mis primeros recuerdos es dibujarme con mi padre en una servilleta cuando estábamos haciendo un crucero por Italia. Tenía una moto y nos dibujé a los dos en ella. Aún guardamos la servilleta como un tesoro.
Descubrí mi talento cuando iba enseñando a mis conocidos lo que hacía, y tenía mucho éxito. Pintar siempre ha sido mi forma de ‘entender’ o de procesar emociones…encontrar lo bonito en lo cotidiano. Cuando fui creciendo me di cuenta de que tengo impulso creativo que para mí es como una necesidad, esto es lo que me motivó a seguir pintando’’.
DC: Dicen que tienes un talento innato. ¿Cómo fue tu evolución artística desde que eras pequeña hasta esta primera exposición?
CC: ‘La verdad es que ha sido siempre una exploración constante. En el colegio de Santiago sí destacaba en las asignaturas más creativas, y en las que no lo eran muchas veces me han echado de clase por dibujar en mi bloc.
Recuerdo con especial cariño mi primera pintura al óleo: un frutero con nueces y melocotones. Ahí me di cuenta de que la pintura me ‘atrapaba’, y de que odiaba el dibujo técnico.
Más tarde, en mi Erasmus, una amiga me regaló una caja de óleos por Navidad y fue como el nuevo despertar. Volví a pintar, pero mis cuadros eran muy secos de aquella. No tenía ni idea de usar aceites específicos ni de técnicas que fui descubriendo con el tiempo.
Cuando todavía estaba estudiando y no podía pagarme por mi cuenta mis pinturas y cajas les pedía a mis abuelos que me las comprasen. Me regalaron dos cajas en 2021. A mi padre le pedía los lienzos, y poco a poco iba teniendo mi pequeño taller en casa de mi abuela.
Desde ahí, cuando me mudé a Madrid, seguí pintando desde que llegué. Hasta hoy. Me he cambiado de piso hace muy poco y por fin puedo tener una habitación solo para pintar. Fue mi sueño por mucho tiempo viviendo en Madrid.’’
DC: ¿Cómo describes tu estilo artístico? ¿Ha evolucionado con el tiempo o sientes que desde siempre has tenido una identidad artística definida?
CC: Diría que mi estilo es un equilibrio entre lo figurativo y lo abstracto. Me encanta jugar con luces y sombras, descomponer la realidad y volver a ‘componerla’ como de manera subjetiva. Me inspira mucho el cubismo y el arte abstracto, cómo transmitir emociones sin que sea literalmente.
Sigo buscando una identidad artística definida, porque para mí el arte es una evolución constante. Pinto lo que necesito en cada momento, reflejo un sentimiento, una historia…. Lo que sí se mantiene constante es mi interés por los retratos, la expresión humana. Desde siempre mi reto ha sido la expresión facial, y por eso seguí haciendo caras. Me gusta captar emociones con el color y formas.
Pero también me encanta el estilo abstracto, pinceladas y formas sin sentido. Me gusta mucho usar relieves y colores fuertes.’’
